Para entender este método debemos dejar de pensar
que los planetas giran en torno a una estrella fija. Un planeta está
ligado a su estrella por la enorme atracción gravitatoria que ésta le ejerce,
pero la estrella a su vez también se ve ligeramente afectada por la masa del
planeta. Así, en realidad el sistema estrella-planeta gira en torno a un punto
llamado centro de masa.
Créditos: http://perso.wanadoo.es/antoni.salva/v_radial_cas.html
Si miramos el sistema planeta-estrella con un
telescopio veríamos que la estrella se aleja y se acerca a nosotros cíclicamente.
Si observamos el espectro de emisión de la estrella
veríamos que cuando la estrella se mueve hacia nosotros su espectro se torna
azul, mientras que al alejarse se torna rojo. Por tanto, si se estudia el
espectro de emisión de una estrella durante un largo tiempo y se ve una
oscilación que pueda asociarse al efecto Doppler, puede que haya algo por ahí
cerca que la esté afectando gravitacionalmente. Y una vez se confirma que
las fluctuaciones son debidas a un exoplaneta, incluso puede estimarse su
masa.
Créditos: http://perso.wanadoo.es/antoni.salva/v_radial_cas.html
El planeta y su estrella se desplazan por el
espacio según la velocidad propia del centro de masa. Si la estrella no
tiene planetas el centro de masa corresponde al centro de la estrella en
cualquier instante. Sin embargo, un sistema planetario causa pequeñas
variaciones en la posición de la estrella desplazándose alrededor del CM.
Limitaciones del
método de velocidad radial
Fuera del Sistema
Solar con el método de velocidad radial, se han encontrado planetas grandes
como Júpiter, cercanos a su estrella central. Su período de rotación en torno a
su estrella dura unos pocos días terrestres y su superficie soporta unos varios
de cientos de grados. Se han descubierto 15 de estos planetas llamados “Júpiter
calientes”, más de otros 50 planetas con temperaturas más suaves pero con
tamaños de varias veces el de la Tierra.
Podríamos hablar de “otros
mundos” si encontráramos planetas con características similares al de la Tierra
que ofrezcan las condiciones necesarias para albergar vida. Sin embargo, el empleo
del método de velocidad radial plantea un obstáculo insuperable; estos planetas
son tan pequeños y ligeros que las variaciones de velocidad radial que originan
en sus estrellas son demasiado pequeñas para medirlas.
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